EL ESCULTOR

Javier Romero Abrio

Javier Romero Abrio

Sevilla, 1985

Licenciado en Bellas Artes en la especialidad de Escultura en 2009 por la Universidad de Sevilla. Amante de los procedimientos técnicos y la multidisciplinaridad.

Durante los últimos 10 años he realizado trabajos en muy diferentes formatos, materiales y técnicas. Desde el barro cocido a la talla en piedra o en madera, pasando por la fundición en bronce, la joyería personalizada en plata, reproducciones en piedra artificial, la utilización de diferentes resinas artificiales con diferentes aplicaciones, trabajos en cuero, forja artística, etc.

Gracias a la singularidad de cada proyecto en el que me embarco, me considero un eterno aprendiz, ya que cada uno de ellos requiere de un desarrollo diferente en cuanto a planteamiento, técnicas y materiales y ejecución.

Ser escultor puede parecer no ser algo demasiado ambicioso, y seguramente no lo sea.

La Escultura no tiene nada que ver con ganar dinero, ni con tener éxito. Nunca lo tuvo.

No es como ser astronauta, ni piloto, ni presidente de EEUU, ni médico, ni famoso, ni rico, ni futbolista. Pero yo nunca quise ser nada de eso. A mi me gustaba dibujar en los márgenes de los cuadernos y no pensar en nada.

Es cierto que la Escultura tuvo sus años (y sus siglos) de gloria, pero actualmente no está donde estuvo. Aún así, conserva la fuerza y la nobleza de su de su esencia. La Escultura es capaz de contar cosas que no se pueden contar de otra manera. Es uno de los oficios más antiguos y más primitivos del mundo, y a través de la Escultura se puede leer la historia de la Humanidad.

Escultores fueron los primeros Hombres, hace más de 30.000 años, reconociendo sus manos como herramientas y jugando con la arcilla de la cueva. Sintiendo y significando. Expresando la representación de un concepto. Siendo y haciendo ser. Escultores fueron los maestros Fidias, Miguel Angel, Rodin, y tantos otros sobre los que se construye la Historia del Arte. Y escultores son también los niños que, ajenos a todo, juegan con un trozo de plastilina.

La Escultura tiene que ver con sentir, con expresar, con construir, con transformar, con creer y con crear.

Supongo que por eso se habrá quedado al margen en esta sociedad en la que nos ha tocado vivir, en pleno siglo XXI, muchos miles de años después de aquellos hombres de las cuevas.

Según el diccionario la Escultura es la obra hecha por un escultor, y un escultor es el que se dedica a la Escultura.

En una clase teórica sobre Escultura en segundo de carrera, mientras se sucedían en la pared diapositivas de obras de los grandes maestros, y yo trataba casi sin luz de tomar apuntes de nombres y fechas, el profesor comentó que «el Arte, es luchar con lo que no es». Coger un trozo de barro que no es nada y pelearte con el, si hace falta a puñetazos, hasta que se convierta en Arte. Y que es duro. Y que es difícil.

Apunté esa frase en el margen de mi cuaderno.

Javier Romero Abrio. Escultor.

Septiembre de 2019.